jueves, 1 de noviembre de 2007

DESTINOS ALEATORIOS

DESTINOS ALEATORIOS


Foly Galán

... Para Cachita Galán Compañ, la auténtica y genuina madre de mi extraña e inaudita creatividad y de toda ésta sobrada imaginación mía...

Capitulo 1º
EL AZAR ES EMPÍRICO

... El azar, hasta ahora catalogado comúnmente como algo tan sólo aleatorio, también puede llegar a ser controlado de forma empírica, o al menos eso es lo que afirma categóricamente un matemático estadounidense, que conjuntamente con un selecto elenco de científicos, ingenieros e informáticos, procedentes de todas las partes del mundo, secretamente, a comienzos de éste año 2007, ha creado una asociación, ostentosamente vanguardista, dedicada a la investigación sociológica, con unos fines aparentemente muy nobles, aunque sospechosamente desconcertantes.
... John Rewerth, suele veranear en el norte de la isla de Tenerife y casualmente nos conocimos una noche de verano. Aunque, según él, nuestro encuentro no tuvo nada de casual. Me contó que él es natural de Memphis, ciudad localizada en lo alto de una montaña con vistas al río Mississippi, en la frontera oeste de Tennessee. Como su antiguo homónimo egipcio, ésta urbe se encuentra sobre el ápice del gran delta de un río, que forma una salida entre dos regiones radicalmente diferentes de los Estados Unidos de América: hacia el sur, se encuentran las granjas empobrecidas del delta, los pantanos de Louisiana, la gran ciudad y el puerto con sabor europeo de Nueva Orleáns; y al norte y al oeste, están las ricas granjas de las planicies del oeste medio y las ciudades industriales del norte, como Chicago y Detroit.
... Posiblemente, ésta estratégica localización, ha ayudado a formar la herencia cultural tan única que posee la ciudad de Memphis. La atmósfera gentil de la aristocracia sureña se ha mezclado con el alma espiritual de su comunidad afro-americana. En éste lugar es donde nació también el Blues y el Rock and Roll; además de ser el hogar de su indiscutible rey: Elvis Presley.
... Después de varias horas de entrañable y amena conversación, a lo largo de las cuales ambos consumimos una cantidad considerable de cerveza y whisky de malta, John Rewerth, me llegó a confesar el inusitado proyecto en el que trabaja en unas instalaciones clandestinas a muy pocos kilómetros del conocido centro de la NASA, en Houston, en el estado de Texas. Allí, con su eminente equipo de amigos científicos, investigan para poder conocer y enseñar a controlar el destino de los individuos y de su entorno, mediante una serie de complicadísimas ecuaciones matemáticas y con la ayuda de avanzadísimos programas informáticos; siendo avalados por varias celebridades que, por supuesto, exigiendo el más absoluto anonimato, actúan como socios financieros o les facilitan la resolución de cualquier molesto entresijo burocrático.
... Según John Rewerth, cuando en la primavera del año 2001 cayó en sus manos el libro "Controlar el destino", del escritor James Allen, fue cuando le surgió repentinamente la idea de llevar a cabo su investigación sobre los secretos de la aleatoriedad del futuro. En su libro, James Allen hablaba de que, en ésta vida, no hay casualidades, sino causalidades. El hombre forma parte de la cadena de la causalidad, ya que su vida está condicionada por causas y efectos, en un constante sembrar y cosechar. El libre albedrío nos lleva a las causas que, a su vez, alteran o deciden los efectos. Lógicamente, lo resultante es el destino. El hombre siempre escoge las causas que pone en marcha, pero inevitablemente nunca podrá cambiar la naturaleza de sus efectos; aunque, ciertamente, trabajando sobre las causas, llegaríamos a dominar los efectos y, así, controlaríamos nuestros destinos, según los antojos o la propia voluntad de cada uno.

Capitulo 2º
LA SUERTE ES FICTICIA

... Por lo tanto, según John Rewerth, la suerte es completamente ficticia. Él, asegura que, actualmente, ya es perfectamente viable predecir, con un mínimo margen de error posible, la totalidad de los hechos, por muy nimios o decisivos que pudieran llegar a ser, y que afectarán a cualquier individuo o a su comunidad, a corto o largo plazo, en un tiempo venidero. Éste excéntrico matemático estadounidense, cree tan firmemente en sus teorías que, sin dilación alguna, me retó a que intentara ponerle en entredicho, realizando alguna acción simbólica, por supuesto no arquetípica, que supuestamente él averiguaría mucho antes incluso de que yo me decantara por ella.
... Realmente no sé como lo logró; pero, a pesar de lo embriagado que estaba, tras resolver algunas ecuaciones con una pequeña calculadora que sacó de su bolsillo, entre otras muchas cosas sorprendentes, vaticinó que yo escribiría sobre él; cuando yo, hasta ese momento, ni tan siquiera, le había comentado nada en absoluto sobre mi afición por la escritura; aunque, debo reconocer que, sinceramente, fue en lo primero que pensé, casi instantáneamente, en el preciso momento en que aceptaba su tentador reto.
... Poco antes de despedirnos, John Rewerth me confesó que él ya sabía con total seguridad, desde una semana antes de aterrizar en la isla de Tenerife para comenzar sus vacaciones, que nos conoceríamos causalmente y que mantendríamos una supuestamente improvisada pero previsible conversación, que yo acabaría plasmando luego en alguno de mis relatos; por ello, decidió inventarse una buena historia insólita, con la que sorprenderme y desconcertarme. Aunque, finalmente, acabó por reconocer que todo lo que me había contado a lo largo de aquella noche eran tan sólo mentiras. Pero... y entonces, ¿cómo pudo prever también que tú me leerías precisamente hoy?


Fin

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